news

UNA BUENA Y UNA MALA

Rafael Carles

La mala noticia es que varias instituciones regulatorias y organizaciones sin fines de lucro han revelado que el salmón, el pescado favorito de quienes buscan una fuente natural de aceites esenciales (Omega 3), es a menudo etiquetado equivocadamente en restaurantes y supermercados. En un estudio realizado por Oceana, una ONG norteamericana, se recogieron 82 muestras de salmón desde restaurantes y tiendas de comestibles entre diciembre de 2014 y marzo de 2015, y encontraron que el 45 por ciento estaba mal etiquetado. Las pruebas de ADN confirmaron que la mayoría de los problemas de etiquetado (70 por ciento) es desinformación sobre el lugar de origen, aduciéndose incorrectamente que son de origen silvestre cuando en la realidad son salmones de estanque.

En Panamá, al igual que en los Estados Unidos, desde hace varios años nos están metiendo gatos por liebre cada vez que pedimos salmón “salvaje” y nos sirven salmón de piscina. Recientemente, hay otro problema que es el salmón genéticamente modificados Los denominados FrankenFish están en el mercado sin ninguna norma que los identifique ni regule. Cada vez que pregunto en un supermercado o restaurante el origen y la genética del salmón, nadie puede responder ni confirmar ni certificar su procedencia. Según el Federal Trade Commission, en Washington, el mal etiquetado de salmón puede constituirse muy pronto en una ofensa penal porque de por medio hay engaño y millonarias sumas de dinero.

Y la buena noticia es que Campbell Soup Company recientemente se convirtió en la primera gran empresa de alimentos que apoya el etiquetado obligatorio de los ingredientes modificados genéticamente, con lo cual de forma voluntaria se suma a la promulgación de leyes federales para establecer una única norma de etiquetado obligatorio para los alimentos derivados de organismos modificados genéticamente (OMG). Un portavoz de la compañía dijo que “con el 92 por ciento de los estadounidenses que apoyan el etiquetado de los alimentos transgénicos, Campbell cree que es el momento para que el gobierno actúe rápidamente e implemente una solución federal".

Campbell igualmente ha señalado que si no se alcanza una solución federal, la compañía está preparada para etiquetar todos sus productos, informar la presencia de ingredientes derivados de OMG y promover su aprobación por la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA) y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA)  La compañía también se ha comprometido a eliminar los colores y sabores artificiales de casi todos sus productos de América del Norte para julio de 2018.

Aunque queda el sabor amargo que la medida sólo aplicará a Estados Unidos, sentimos que es una decisión valiente en la dirección correcta… y que esperamos pronto pueda beneficiarnos a todos.