La industria de agua embotellada debe estar muy, muy preocupada. El New York Times publicó la semana pasada un anuncio de página entera de la Asociación Internacional de Agua Embotellada que promueve los beneficios para la salud del agua embotellada. "Así que, en lo que a nosotros respecta, la bebida preferida en el auto, en las mochilas y en la lonchera debe ser agua". Reitera además de su uso en emergencias y que "las botellas de las empresas miembros son 100% reciclables". Con respecto a esto último, el anuncio enfatiza que la Asociación apoya "las leyes ambientales y busca reducir la cantidad de residuos plásticos en nuestro medio ambiente". La Asociación es consciente que existen muchos puntos de vista diferentes sobre este tema y quiere escuchar nuestras opiniones.
Yo me pregunto, ¿para qué quisiera una Asociación como esa escuchar nuestras opiniones? ¿Saben ustedes cuánto cuesta un anuncio de página completa en el NYT? Dependiendo de su ubicación, no menos de $80 mil… y eso es un montón de agua embotellada que tienen que vender.
Pero esto se pone interesante, porque días después de la publicación del anuncio, el Times publicó en su página editorial una opinión periodística “En alabanza al agua de grifo” y que lee así:
“En las calles de Nueva York, Denver o San Mateo, ciertamente existen miles y miles de personas bebiendo agua de una botella. Los estadounidenses están cada vez más sedientos por lo que consideran un agua más sana y, a menudo, más cara. Pero este país tiene unas de las mejores fuentes de suministro público de agua en el mundo. En lugar de consumir cuatro mil millones de galones de agua al año en botellas de tamaño individual, tenemos que empezar a pensar en lo que todas esas botellas están haciendo para la salud del planeta.
Aquí están los hechos duros y llanos: Sí, beber agua es algo bueno, mucho mejor que comprar sodas. Y casi toda el agua municipal en América, con algunas excepciones, es tan buena que nadie necesita importar una sola botella de Italia o de Francia o de las Islas Fiji. Mientras tanto, si usted decide tomar sus ocho vasos recomendados al día de agua embotellada, usted podría gastar hasta $1,400 anualmente. La misma cantidad de agua del grifo costaría alrededor de 49 centavos.
Pero además tenemos el problema del medio ambiente. Las botellas de agua, al igual que otros contenedores, están hechas de gas natural y petróleo. El Earth Policy Institute de Washington ha estimado que se necesitan cerca de 1.5 millones de barriles de petróleo para fabricar las botellas de agua que los estadounidenses usan cada año. En su lugar, eso podría llenar de combustible más de 100 mil automóviles al año. Y lo peor es que solamente alrededor del 23% de esas botellas son recicladas, en parte porque las botellas de agua a menudo no están incluidas en los planes locales de redención que aceptan latas de cerveza y soda. Además, debemos añadir la cantidad sustancial de combustible que se utiliza en el transporte del agua, que es muy pesada, y que tiene un impacto sobre el medio ambiente nada despreciable.
El agua del grifo puede ser igual al agua embotellada, pero para eso debe cambiar una cosa. Y es que, cuanto más los consumidores optan por beber agua embotellada, menos apoyo político habrá para invertir en mantener el abastecimiento público de agua de los Estados Unidos. Eso sería una pérdida gravísima. El acceso a agua barata y limpia es fundamental para la salud de la nación.
Ya algunos gobiernos locales han comenzado a luchar. A principios de este verano, la ciudad de San Francisco prohibió que los departamentos y agencias de su ciudad compraran agua embotellada, señalando que el agua de San Francisco es "una de las más prístinas del planeta". Salt Lake City emitió un decreto similar y New York City recientemente comenzó una campaña publicitaria que promocionó su agua como "limpia", "cero azúcar" e incluso "libre de mancha".
El cambio real, sin embargo, vendrá cuando millones de consumidores comunes se den cuenta que pueden ahorrar dinero y salvar al planeta, volteando sus botellas de agua y girando el grifo”.
Muy bien hecho. No importó que el anuncio ayudara a aumentar los ingresos del Times en miles de dólares, su línea editorial salió al paso de la razón. Ojala aquí en Panamá los medios hicieran algo similar, porque el tema del agua nuestra es muy interesante. Hubo tiempos en el que nuestra agua era considerada la mejor del mundo y creo que por muchas razones ahora, incluyendo que el IDAAN no es una institución creíble ni de un modelo de gestión de excelencia, nuestra agua del grifo está súper clorinada, llena de lodos y nadie quita que contenga larvas y bacterias. De allí que, las empresas de agua embotellada están haciendo sus súper negocios y aprovechándose de la ineptitud gubernamental.
Pero yo quisiera sugerir otra alternativa a los panameños. Una que no tiene nada que ver con algún interés personal ni mucho menos de índole comercial. Y es que, cada hogar en Panamá debiera tener su filtro de agua. Ya sea de ósmosis revertida o carbón activado, lo importante un filtro que asegure la calidad del agua para consumo humano. Es una inversión que se pagaría a los pocos días y es una solución más efectiva que comprar agua embotellada. Que al final es eso, agua del grifo procesada, almacenada y embotellada.