Cada día hay más evidencias de que la epidemia de obesidad en el mundo es consecuencia de la enorme cantidad de comida procesada que estamos comiendo.
Un artículo explica cómo al ofrecer mayores cantidades de comida azucarada a los niños los estimula a comer más y, por lo tanto, a ingerir más calorías. El tipo de comida y su contenido de azúcares tiene un efecto mayor que la cantidad de comida.
En otro artículo nos recuerda los perversos estudios realizados en las cafeterías escolares a finales de los años 80 donde los investigadores alimentaron a ratas con todo tipo de comida chatarra y compararon las calorías que consumían con las consumidas por las ratas de control a las que solo se les permitía comer comida para ratas. Las ratas alimentadas en la cafetería comieron casi el doble que las otras.
Y esto, por supuesto, es lo que encontró otro estudiodonde a un grupo de adultos se les permitió comer comida chatarra en cantidades tanto como quisieran. El resultado fue que nunca era hora para parar de comer.
El mensaje es claro: la comida procesada anima a comer en exceso; comer en exceso significa ingerir más calorías; más calorías significa más peso. Comer mucha comida chatarra es una explicación suficiente para la obesidad.