Recién terminé de leer el libro Street Farm: Growing Food, Jobs, and Hope on the Urban Frontier, de Michael Ableman, sobre la política y la práctica de la vida sostenible en Vancouver, Canadá. Nítidamente diseñado con maravillosas fotografías a color, es súper útil para cualquier persona curiosa en saber si la agricultura urbana es negocio o entretenimiento.
Ableman tuvo una idea hace años de crear granjas urbanas en zonas difíciles del centro de Vancouver. El libro cuenta su historia a través de ensayos personales que explican cómo convirtió terrenos baldíos en fincas de verduras, mientras lidiaba con la burocracia estatal y con terratenientes desesperados por obtener más espacio para edificios y estacionamientos. Y también mientras se enfrentaba al peligro de hacer que todo funcionara con personas acosadas por la pobreza y afectadas por el alcohol y las drogas.
En Panamá, desde hace un tiempo, existen diferentes esfuerzos para promover los huertos urbanos a nivel gubernamental (despacho de la primera dama) y del sector privado (clubes de jardinería y empresas particulares). Y cada día vemos más los productos provenientes de este tipo de iniciativas en los mercados para beneficio de los productores y consumidores.
En Life Blends trabajamos muy de cerca con el Patronato del Sistema Nacional de Nutrición, una red conformada por pequeños productores en diversos rubros de la actividad económica, todo enfocado por supuesto a remunerar su esfuerzo pero más importante para impulsar la producción nacional y mantener la economía rural en su apogeo.