Reconectarse con la práctica de meditación ha cambiado la vida de muchas personas, y como podrá aprender en mis sesiones de Coaching, la meditación es uno de los principales alimentos que recomiendan los expertos.
El cuerpo es una máquina de curación espontánea… siempre que se le dé oportunidad. Uno de sus trabajos más importantes, todos los días e independiente de la edad de cada persona, estado de salud, peso o nivel de estrés, es el reemplazar las células malas por células saludables.
La verdad es sencilla: muchas personas actúan de forma que no compaginan sus mejores objetivos de salud. A veces tratan de consolarse comiendo alimentos cargados de azúcar y grasa, bebiendo licor o fumando cigarrillos, o incluso durmiéndose al frente del televisor.
Centrar la mente en un lugar tranquilo disminuye el nivel de estrés y reduce los antojos perjudiciales. Además, el aumento de peso es a menudo el resultado de desequilibrios hormonales en el cuerpo, directamente relacionados con el estrés. De igual manera, tener un peso saludable está relacionado con niveles bajos de hormonas del estrés.
La reducción del estrés a través de la meditación ayudará a disminuir los niveles de las hormonas del estrés, lo que reducirá los factores desencadenantes de comer en exceso, beber, fumar, preocuparse y mirar el televisor.
La meditación es ampliamente reconocida por proporcionar beneficios poderosos de salud: reducción de la presión arterial, disminución del cortisol, nivelación del azúcar en la sangre, mejora de la salud mental y más sensación de bienestar.
¿Cómo lograrlo?
1. Siéntese en una posición cómoda. Intente sentarse en el mismo lugar todos los días. Evite posiciones en las que pueda dormirse. Alargar la espalda, relajar los hombros hacia abajo, con el cuello erguido y la barbilla apuntando hacia adelante. Y relajar la cara.
2. Comience a respirar (preferiblemente a través de las fosas nasales). Sienta cómo se eleva el vientre, se expanden las costillas, y se levanta la clavícula y los hombros a medida que la respiración se mueve hacia arriba. Siente la exhalación.
3. Concéntrese en un aspecto de la respiración y el movimiento de aire dentro y fuera de las fosas nasales. O el levantamiento y la caída del vientre.
4. Mire ese aspecto de la respiración. Cuando la mente deambule, tráigala suavemente a la respiración y al aspecto que ha elegido mirar. Haga esto tantas veces como lo necesite. No hay tal cosa como una meditación buena o mala. (Lo bueno y lo malo son juicios, eventos en la mente, solo anótalos y vuelve a la respiración).
5. Comience con 5-10 minutos y luego aumente el tiempo hasta que pueda sentarse durante 30 minutos.
Recuerde, la meditación no tiene por qué ser complicada. Tomar solo unos minutos cada día para detener y calmar la mente puede hacer una gran diferencia.