Un estudio de la Oficina Nacional de Investigación Económica (http://www.nber.org/papers/w24889) encontró que la información sobre calorías en los menús de los restaurantes redujo el consumo de calorías en aproximadamente un 3%, principalmente de aperitivos y platos principales, pero no de bebidas o postres (¡me incluyo en este último!).
Vale la pena mirar el análisis que hicieron del estudio los investigadores de la Universidad de Cornell (http://news.cornell.edu/stories/2018/09/diners-order-slightly-less-when-restaurants-list-calories). Esto es lo que más lama la atención:
En un restaurante, el número de calorías en los aperitivos varió de 200 a 910. Los platos principales oscilaron entre 580 a 1,840 calorías, y los postres de 420 a 1,250 calorías.
¡Mi madre!, con razón estamos como estamos. No debe sorprender a nadie cuando la gente tiene problemas para mantener un peso razonable. La mayoría de las personas requieren entre 2,000 (pequeñas, inactivas) y 3,000 (grandes, muy activas) calorías por día. Una comida completa en esos lugares (nos reservamos los nombres para no herir susceptibilidades… pero si miran el estudio lo averiguan) logra cumplir ese cometido en una sola sentada. Y por supuesto, la reducción del 3% se va por el caño.
Que bueno por la publicación del Informe Hagstrom... porque nos ayuda a ver estos estudios (http://www.hagstromreport.com/). Ahora nos toca a nosotros hacer nuestra tarea cada vez que vamos a un restaurante y miramos un menú. Definitivamente, allí mismo nos daremos cuenta de la cantidad de calorías que vamos a tragar. Y no es que ese sea el principal criterio a la hora de pedir un plato de comida, pero definitivamente que ayuda bastante. ¡Buen provecho!