Si pudiera darle un consejo, solo uno, a las personas que tienen cáncer, les diría que no se dejen llevar por el miedo, que el miedo no ayuda mucho en esas circunstancias y que el miedo siempre actúa en contra nuestra.
El miedo es un arma que usan los oncólogos y es muy efectiva para ganar dinero con la quimioterapia y medicamentos. Por cierto, uno de ellos fue a prisión; el Dr. Fareed Fatah fue a prisión por diagnósticos falsos de cáncer. Y así como este deben existir muchos más. Usan el miedo en contra de usted para eludir su mente racional.
La razón por la que tenemos que acabar con el miedo es porque el cáncer no ocurre de la noche a la mañana. Toma años, décadas probablemente, para que se desarrolle en un tumor diagnosticable. Nadie muere en las próximas 24 o 48 horas por un cáncer recién diagnosticado. Aunque esos doctores especialistas en cáncer intentan asustar y decir: "¡Dios mío!, debes comenzar la quimioterapia hoy mismo, ¡Ahora mismo! ¡Firme ahora!, solo están tratando de ganar dinero con usted.
Lo sensato es buscar una segunda y hasta tercera opinión. Leer y aprender al respecto, y dormir con el tema. El asunto no es una emergencia. El cáncer casi nunca es una emergencia real a menos que haya un tumor presionando contra un vaso sanguíneo grande, o algo así. Usualmente no es una emergencia. Hay que investigar y tomarse el tiempo, hablar con personas que han pasado por tratamientos contra el cáncer.
Le animaría a que encuentre a cinco personas que hayan pasado por la quimioterapia y encuentre a cinco personas que hayan pasado por rutas naturales, y observe quién aún vive. ¿Quién tiene una mejor calidad de vida? ¿Quién todavía tiene la función cerebral? ¿Quién es saludable? Estoy seguro que encontraría todo lo que necesitas saber, allí mismo. Pero no puede dejarse llevar por el miedo. Ese es el error más grande que hacen los pacientes con cáncer.
Ambos mi madre y mi padre murieron de cáncer y ojalá hubiera tenido la oportunidad, madurez y conocimiento para haberlos aconsejado en este sentido. Hoy puedo porque tenemos el coraje y la experiencia de muchos años leyendo y viendo las cosas que suceden a estas personas cuando en medio de la angustia y el miedo, son víctimas de sus propias circunstancias. Dios las bendiga a todas, pero más importante que Dios ayude a estos médicos para que se compadezcan y sean más sensibles con sus pacientes.