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¿Realmente los probióticos mejoran tu salud?

Rafael Carles

Salud intestinal: pequeños cambios, grandes resultados

Durante las últimas semanas, me han llegado varias preguntas relacionadas con probióticos, con lo cual responderemos todas juntas, como si se tratara de un curso básico “Probióticos 101: Lo que todos necesitan saber”.

Inicio con una breve reflexión: en los últimos años se ha descubierto muchísimo sobre el cuerpo humano y, sin embargo, aún sabemos muy poco. La ciencia intestinal es un campo de estudio relativamente nuevo, y el conocimiento se desarrolla rápidamente.

Los probióticos son microorganismos vivos (bacterias y levaduras) que pueden ser beneficiosos para la salud. Se pueden añadir a alimentos como yogures y algunas bebidas; vienen en cápsulas de las tiendas naturistas y se venden como alimentos completos, como el kimchi, el kéfir y el chucrut. A menudo se les conoce como "bacterias buenas". Ayudan al intestino a producir más bacterias beneficiosas y a restablecer el equilibrio natural de microorganismos "buenos" y "malos" en el intestino: el microbioma.
Es bueno diferenciarlos de los prebióticos, que son carbohidratos que alimentan al microbioma. No podemos digerir los prebióticos, pero el microbioma sí. Incluyen alimentos como plátanos, manzanas, uvas, cebollas, ajo, espárragos, puerros, alcachofas, avena, legumbres y miel. También vienen en pastillas y cápsulas.

Otra cosa que quizás hayas oído es que el intestino es nuestro "segundo cerebro"¹. Se cree que, como parte del sistema nervioso general, se comunica con el cerebro. La mayor parte de nuestra hormona de la felicidad, la serotonina, se produce en el intestino, y necesitamos un microbioma sano para crear algunas de nuestras vitaminas B y vitamina K.
Cuando algo sale mal el microbioma cambia ligeramente, para bien o para mal, constantemente. Las influencias incluyen factores como: fumar y consumir alcohol; algunos medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), los antibióticos y la quimioterapia; un cambio en la dieta o el entorno; estrés emocional o calma; ejercicio o falta de ejercicio; exposición a sustancias químicas en el entorno; una dieta alta o baja en alimentos ultraprocesados.

Si el microbioma se daña, podemos sufrir disbiosis. La disbiosis es un desequilibrio en el microbioma y puede provocar enfermedades. Cualquier factor que debilite las conexiones entre los 100 millones de células que recubren el tracto gastrointestinal puede causar problemas en el organismo.

Una buena salud intestinal es sinónimo de buena salud física y mental. Dejar de fumar, reducir el consumo de alcohol, la relajación y el manejo del estrés, reducir la exposición a toxinas ambientales y reducir los UPF en la dieta son buenos puntos de partida. Sin embargo, no siempre es tan fácil.

Sobre los suplementos probióticos, a veces son necesarios. Por ejemplo, los médicos siempre recomiendan a los pacientes que toman antibióticos que tomen un suplemento probiótico. Los más utilizados son los que contienen Bifidobacterium y Lactobacillus. Tienen un buen historial de seguridad y se llevan utilizando desde hace tiempo.

Las personas con sistemas inmunitarios debilitados no deberían tomar probióticos sin la recomendación de su especialista. Parece irónico, dado el papel del intestino en nuestro sistema inmunitario, pero la combinación de bacterias inadecuadas con bacterias beneficiosas puede causar más problemas de los que resuelve en estos grupos. Además, las personas con enfermedades graves o críticas y los bebés prematuros no deberían tomar probióticos sin la recomendación de un especialista. Para estas personas, se necesita promover actividades saludables que fortalezcan el microbioma desde dentro.

No existe una fórmula mágica ni instantánea, pero pequeños cambios graduales pueden generar algo mágico a largo plazo. 

Si tienes más preguntas sobre algún otro tema relacionado con alimentación o nutrición, escribir a lifeblends@gmail.com o llamar al 6616-8110.