
Enzimas digestivas: por qué son esenciales para absorber nutrientes
Un amigo preocupado con su alimentación, me pregunta: ¿Qué sabes de las enzimas y si es necesario tomarlas después de la comida?
La pregunta me hizo recordar viejos tiempos. Mi tesis de graduación hace más de cuarenta años la desarrollé sobre la bioquímica de las vitaminas y allí me enfrasqué con la estructura molecular de muchas enzimas. Han pasado muchos años y nuevos descubrimientos han hecho de las enzimas un campo muy interesante de investigación. Pero hay algo que siempre se ha dicho: “las personas son lo que comen”, aunque más preciso es "somos lo que digerimos". Después de todo, no importa lo rica que sea tu comida, si tu cuerpo no la absorbe.
La digestión desempeña un papel importante en el cuerpo. Descompone los alimentos en sustancias que el cuerpo puede absorber para obtener energía, crecer y reparar las células. En este proceso, las enzimas son fundamentales. Estructuralmente, las enzimas son proteínas que el cuerpo produce y que ayudan a digerir los alimentos. Las glándulas salivales las secretan en presencia de alimentos y en anticipación a ellos. De hecho, estas enzimas esenciales se producen en todo el tracto digestivo, incluyendo el páncreas, el estómago y el intestino delgado. Las enzimas digestivas descomponen los macronutrientes en sus componentes básicos para su uso en todo el cuerpo. Cada enzima actúa sobre diferentes macronutrientes.
Cuando las personas carecen de suficientes enzimas, tienen dificultad para descomponer los alimentos eficazmente y causa diversos problemas. Los alimentos no digeridos pueden permanecer en el tracto gastrointestinal, producen hinchazón, gases y malestar. Con el tiempo, esto puede contribuir a deficiencias nutricionales, ya que el cuerpo no puede absorber adecuadamente las vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales.
Los síntomas comunes de la deficiencia enzimática incluyen diarrea, estreñimiento o indigestión. Las deficiencias más graves pueden provocar fatiga, debilitamiento del sistema inmunitario y problemas cutáneos. En casos específicos de deficiencia enzimática, las personas pueden experimentar intolerancia a ciertos alimentos, lo que provoca malestar digestivo adicional. En casos crónicos, la insuficiencia de enzimas puede contribuir a afecciones como síndromes de malabsorción o exacerbar problemas inflamatorios intestinales.
Existen tres tipos principales de enzimas. Las enzimas proteasas descomponen las proteínas en unidades más pequeñas llamadas aminoácidos. Las enzimas lipasas descomponen las grasas alimentarias en ácidos grasos libres y glicerol. Y las enzimas amilasa ayudan a descomponer los almidones y los carbohidratos en azúcar que el cuerpo puede utilizar como fuente inmediata de energía o almacenar para su uso posterior.
Además, existen enzimas especializadas que ayudan a digerir componentes nutricionales más pequeños. La lactasa, la maltasa y la sacarasa contribuyen a la descomposición de las conexiones químicas que mantienen unidos los carbohidratos.
Muchas personas producen cantidades adecuadas de enzimas digestivas a lo largo de la vida. Sin embargo, varios factores pueden dificultar su producción. Por ejemplo, el envejecimiento. La capacidad del tracto gastrointestinal para digerir los alimentos suele disminuir con la edad, lo que significa que podemos digerir de forma menos eficiente y absorber menos nutrientes. Pero incluso si no ocurre nada de esto, a medida que envejecemos, nuestros cuerpos tienden a producir menos enzimas para descomponer los alimentos correctamente. Otro factor es el estrés. Cuando el sistema nervioso autónomo se activa, toda la energía disponible se dirige a huir o luchar. Si tu cuerpo cree que está a punto de convertirse en el almuerzo de un depredador, no dedicará energía a digerir el desayuno de esta mañana. En cambio, suprime los procesos digestivos y acelera los músculos, la frecuencia cardíaca y la respiración. Y también algunas enfermedades afectan directamente la producción de enzimas, lo que puede provocar una insuficiencia enzimática crónica, técnicamente denominada insuficiencia pancreática exocrina.
Comer estimula el proceso digestivo y la producción de enzimas. Ciertos alimentos desencadenan la producción de enzimas digestivas específicas. Las dietas basadas en alimentos integrales y vegetales son ricas en fibra y carbohidratos complejos, lo que contribuye a un microbioma saludable. Debido a su alto contenido en carbohidratos, pueden requerir más enzimas digestivas para descomponerse. La amilasa y la celulosa son especialmente útiles. Algunos alimentos incluso contienen sus propias enzimas digestivas: piña (bromelaína), papaya (papaína), mango (amilasa e invertasa), plátano (amilasas y glucosidasa), avena (lipasa), alimentos fermentados (amilasa y proteasa), kiwi (proteasa), jengibre (proteasa), etc.
Además de la dieta, factores del estilo de vida como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la falta de ejercicio, la obesidad y un intestino poco saludable también pueden afectar negativamente los niveles y la producción de enzimas digestivas.
En cuanto a los suplementos de enzimas, la mayoría son de origen animal. Las enzimas pancreáticas exógenas, por ejemplo, provienen principalmente de cerdos o vacas. Esto tiene sentido, ya que nunca he visto una piña ni un mango con páncreas. Actualmente se utilizan siete enzimas de origen animal: cuajo, catalasa hepática bovina, lipasa animal, pancreatina, pepsina, tripsina y lisozima. La más común es el cuajo, que suele obtenerse del revestimiento del estómago de rumiantes jóvenes como terneros, corderos y cabras (y que se utiliza en la elaboración de queso).
Sin embargo, algunos suplementos de enzimas digestivas vegetales se elaboran con enzimas proteasas de origen vegetal, enzimas de origen frutal como la bromelina y la papaína, o enzimas glucosidasas de hongos y levaduras.
La suplementación con enzimas puede ayudar a las personas que tienen dificultad para producir suficientes enzimas para absorber los nutrientes de manera eficiente y completa. Pero por supuesto, lo mejor es obtener enzimas de los mismos alimentos.
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