Si hablamos con cualquier anciano saludable y energético de Okinawa, Sardina o algún otro sitio de las “zonas azules”, probablemente se describirá a sí mismo en un estado no solo físicamente bien, sino en el que emocionalmente se siente realizado y animado. Probablemente también notará que están muy orgullosos de su salud, y tal vez con razón, y realmente disfrutan de la forma en que se cuidan.
Las personas saludables no solo hacen las cosas que las hacen saludables, sino que descubrirán que realmente disfrutan el arte de hacerlo. Les resulta divertido, satisfactorio y bueno para el espíritu, un giro completo a la noción bastante común de que hacer ejercicio y comer bien es aburrido, agotador y, a veces, simplemente estresante. Entonces, ¿cómo podemos entrar en esta zona mental de sentirse saludable y animado?
Primeramente, es un hecho bastante notorio que las personas tratan de boicotearse a ellos mismos y sienten resistencia a los actos que son buenos para ellos. Quieren comer mejor, pero al mismo tiempo no es así. Quieren hacer más ejercicio, pero al mismo tiempo lo evitan. No es ninguna novedad que hacer ejercicio o comer de manera saludable es bueno para la salud; puede ayudar a prevenir enfermedades, mejorar nuestro estado de ánimo y, con suficiente consistencia, incluso puede ayudar a revertir problemas de salud crónicos graves como la diabetes tipo 2. Pero a pesar de eso, a menudo nos encontramos con un rebelde interior que habla en contra de estas intenciones.
Usualmente esa resistencia proviene de algo un poco más complicado. A menudo, de un lugar de autoprotección que todos llevamos dentro. Todos los días recibimos cientos de mensajes, algunos donde nos bombardean con anuncios de dietas y ejercicios, otros con mensajes que nos dicen que debemos comer menos azúcar, etc. Y cuanto más luchamos para alcanzar ese nivel de salud y recibimos más de estos mensajes, los sentimos como acusaciones personales sobre nuestra propia autoestima. Los algoritmos de orientación de anuncios de las plataformas de redes sociales en las que pasamos tanto tiempo tampoco ayudan; de hecho, cuanto más ansiosos estamos por nuestra salud, más nos bombardean con estos mensajes.
Eventualmente, tratar de estar saludable se convierte en un reflejo de nuestras deficiencias y quedamos vulnerables frente a estos puntos inseguros que llevamos dentro. Conectamos una alimentación saludable con la falta de amor propio, una especie de privación. Comenzamos a asociar el ejercicio como un acto de castigo, una necesidad de impresionar a los demás. Cuanto más ansiosos estamos, más intentamos contraatacar y decidimos que no vamos a hacer ninguna de las dos cosas, incluso si eso significa actuar en contra de nuestros intereses. No es terquedad, sino una forma natural de protección.
Pero la salud es importante, y si te preocupa debes buscar la forma de vencer esa resistencia interna y comenzar hacer las cosas que sabemos son saludables para nosotros. Nadie dijo que sería fácil, pero tampoco es un imposible. Enfocar esfuerzos en la dirección correcta y hacer propósitos cumplibles, uno por uno y sin apuros, es un primer paso en la dirección correcta.
Para más información, comuníquese con Life Blends para una sesión de coaching. Allí trataremos de balancear su ciclos de vida y encontrar fórmulas para vencer esa resistencia interna.